Trastorno afectivo estacional: cuando el invierno te genera tristeza

¿Hay temporadas más tristes que otras? O es solo la percepción que tenemos de ellas. La verdad es que existen personas que se deprimen en ciertas épocas, a veces por el frío y la oscuridad, o, por el contrario, por el calor y la luz, este desorden se conoce como Trastorno Afectivo Estacional (TAE).

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el TAE afecta aproximadamente al 10% de la población, siendo más habitual en mujeres, jóvenes, personas que viven en países sombríos o alejados del ecuador y personas con familiares que han padecido depresión.

“Es un trastorno que influye al estado de ánimo de las personas haciendo que actúen y se sientan decaídos emocionalmente o perciban ciclos de tristeza en épocas fijas o estacionarias que puede ser un período del año específico. El TAE afecta al estilo de vida y al estado de bienestar físico y mental de estas personas”, explica la psicóloga Consuelo Medina, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo.

Medina agrega que algunos síntomas relacionados a este trastorno son la presencia de sentimientos de tristeza y vacío, falta de energía o cansancio e, incluso, el TAE también afecta al ritmo común de actividades como la falta de apetito o dificultades en prestar debida atención al trabajo o estudio. Este trastorno también está asociado a problemas para conciliar el sueño o periodos de insomnio e hipersomnia, que hacen que la persona muestre irritabilidad y sobre sensibilidad a situaciones comunes.

El TAE puede afectar a personas de todas las edades y géneros; sin embargo, de acuerdo con la psicóloga, algunas personas son más susceptibles por factores genéticos, biológicos o psicosociales.

“Hay estudios que señalan como una causa la región, ya que se presenta con mayor frecuencia en lugares donde se viven inviernos largos o donde existen  condiciones frías o lejanas, también se presenta más en personas con cierta predisposición de depresión u otros trastornos del estado de ánimo, ya que el TAE parece tener un componente genético”, explica la académica.

Otro factor podría ser una desregulación del ritmo circadiano o reloj biológico que coordina el ciclo natural de sueño-vigilia del cuerpo, mismo que se puede presentar al hacerse más largos o más cortos los días por los cambios estacionales.

“Las personas que presentan estas desregulaciones pueden experimentar desequilibrios en los neurotransmisores, como la serotonina, que juegan un papel importante en la regulación del estado de ánimo. Los niveles más bajos de serotonina pueden estar relacionados con síntomas depresivos, como tristeza e irritabilidad”, acota.

Medina agrega que, respecto a los factores psicosociales, las personas que trabajan o tienen estilos de vida que limitan su exposición a la luz solar o se encuentran en ambientes cerrados durante los meses de invierno pueden ser más inclinados a experimentar síntomas de soledad por el aislamiento y la disminución del bienestar emocional.

Efectos y diagnóstico

Medina señala que las personas que sufren de TAE, generalmente, tienen problemas para socializar y mantener relaciones saludables, debido a la fatiga, el aislamiento y otros síntomas depresivos durante las temporadas en las que se presenta el trastorno.

“Por otra parte, puede afectar en problemas en el trabajo o estudio como la dificultad para concentrarse y la falta de energía. También pueden interferir con el rendimiento académico o laboral. La falta de actividad física, los cambios en el apetito y el sueño, pueden tener un impacto negativo en la salud física de una persona”, expresa.

El TAE se diagnostica principalmente a través de una evaluación clínica psicológica realizada por un profesional de la salud mental. El diagnóstico implica una revisión de los síntomas del paciente y su historial médico, que se debe tener en cuenta para diferenciarlo de un cuadro de depresión.

“El principal criterio que se toma en cuenta para diagnosticar este trastorno es que los síntomas duran varios meses de manera cíclica en un período del año y luego de este ciclo la persona vuelve a la percepción de su vida cotidiana”, explica Medina.

Unifranz
Los niveles más bajos de serotonina pueden estar relacionados con síntomas depresivos, como tristeza e irritabilidad

Tratamientos y estrategias

La psicóloga indica que el tratamiento psicoterapéutico ayuda a restablecer el ritmo circadiano para mejorar los síntomas de irritabilidad y problemas de sueño, y mejorar los ciclos de energía. Por otra parte, la terapia cognitivo-conductual ayuda al paciente a identificar y cambiar patrones de pensamiento y comportamiento negativos asociados a este periodo del año.

Sin embargo, también existen otras estrategias que se pueden aplicar para mejorar y superar el TAE, como mejorar la percepción y estilo de vida a través de cambios en la rutina, practicar técnicas de manejo del estrés, rutinas de ejercicios físicos, mantener conexiones sociales y buscar el apoyo de amigos, familiares o grupos, los que pueden ayudar a las personas a sentirse menos aisladas.

“Dedicar tiempo a actividades placenteras y relajantes también sirve para reducir los síntomas del TAE y mejorar el bienestar general. Estas acciones pueden ayudar a mejorar el estado de ánimo y aumentar los niveles de energía, lo que puede ser especialmente beneficioso para el cuerpo o salud física. Mantener una rutina diaria consistente, que incluya horarios regulares de sueño, alimentación y trabajo es otra estrategia. Sin embargo, es importante que las personas que experimentan síntomas severos busquen ayuda profesional para recibir un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado”, concluye la experta.

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