Por Lily Zurita
Datos de la Cámara Nacional de Comercio (CNC) dan cuenta que, en Bolivia, anualmente, se incorporan al mercado laboral 140.000 personas, aunque muchas de esas fuentes se encuentran en el sector informal de la economía.
En tanto, el aparato estatal, es decir todo el sector público, -según un reporte de la Fundación INESAD (Instituto de Estudios Avanzados en Desarrollo)- tiene al menos 526 mil dependientes a nivel nacional, regidos, según la Constitución Política del Estado (CPE), por principios de legitimidad, legalidad, imparcialidad, publicidad, compromiso e interés social, ética, transparencia, igualdad, competencia, eficiencia, calidad, calidez, honestidad, responsabilidad y resultados.
Ya sea bajo la modalidad de personal de planta, a contrato o consultoría de línea o por producto los servidores se incorporan a la administración pública donde las entidades contratantes están obligadas a cumplir con sus obligaciones de transparencia para garantizar que los procesos de contratación sean equitativos, honestos y abiertos a la participación ciudadana.
En ese marco surge el Sistema de Contrataciones Estatales (SICOES), como un sistema oficial de publicación y difusión de información de los procesos de contratación de las entidades públicas del Estado Plurinacional de Bolivia, establecido y administrado por el órgano rector que es el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas.
Edgar Aliaga, ingeniero de sistemas, capacitador gerente comercial de Nemabol, explica que en el SICOES se publican todo tipo de contrataciones para bienes, obras, servicios y lo que son las consultorías.
La información registrada en el SICOES se constituye en la información oficial que regirá los procesos de contratación, siendo responsabilidad de la entidad el disponer los mecanismos administrativos de control interno, para verificar que la información que se publique corresponda al contenido de documentos originales debidamente autorizados.
¿Qué es una consultoría?
La consultoría es un servicio profesional independiente y no se contrata para dirigir organizaciones o asumir decisiones a nombre de la empresa sino para contribuir a la solución de problemas con los que tropieza una determinada organización.
Aliaga, quien participó como speaker en la Feria de la Empleabilidad de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, aclara que existen dos tipos de consultorías: consultorías de línea y consultorías por producto.
“Son para personas naturales, personas que han culminado en una carrera técnica o a nivel de licenciatura, que han hecho una especialidad o una maestría. Cada institución pública publica en el SICOES estas convocatorias públicas dependiendo la formación que se quieran para un profesional”, puntualiza el capacitador.
Por ejemplo, cuando el Ministerio de Salud requiere profesionales del área de salud para un puesto específico en el sistema nacional de salud, publica en el SICOES en base a especificaciones técnicas o términos de referencia, dependiendo del presupuesto que tenga asignado para el proyecto.
Para postular, los profesionales tienen que ingresar a la página web del SICOES, según el rubro en el que se desenvuelven, descargar el documento base de contratación, dar lectura a todo el documento y, si cumplen los términos de referencia, postular adjuntando la documentación requerida.
Hoy en día, la forma de presentarse o postular a estos puestos de trabajo, bajo la modalidad de consultoría, es por medios electrónicos.
Diferencia entre consultor de línea y consultor por producto
La diferencia entre el consultor de línea y el consultor por producto está determinada por el tiempo. Los consultores de línea tienen que estar de manera constante y física en una institución pública.
“Tienen horarios de ingreso y de salida. Fungen como servidores públicos y les dan trabajos como si fueran servidores públicos. Son personas que realizan trabajos recurrentes y tienen que estar de manera física en la institución pública”, explica el profesional.
El consultor por producto es todo lo contrario. Él no está de manera física en el lugar. Puede agarrar varios contratos y puede estar, inclusive, de viaje, pero tiene que presentar un producto físico en los plazos y condiciones establecidas en el contrato civil firmado con la institución o empresa pública.
En el sector público, los contratos de consultoría finalizan cada 31 de diciembre, por lo que todos los contratos generalmente se hacen en los primeros meses, enero, febrero o marzo, por lo que el mejor momento para postular es, pues, los primeros meses de cada gestión.
Uno de los principales problemas con los que los consultores tropiezan al momento de postular es el llenado de los formularios o durante el envió de la propuesta por medios electrónicos.
“Por ese motivo, el postulante debe poner atención a cada uno de los pasos que se establecen en los términos de referencia de la convocatoria”, aclara Aliaga.
Conocimiento, la ventaja competitiva
Un elemento que da ventaja competitiva al consultor respecto al resto de los postulantes es tener conocimiento técnico del tema, capacitarse en lo que es el sistema de administración de bienes y servicios para no cometer errores para que pueda adjudicarse el proceso de contratación sin ninguna dificultad.