Sobrevivientes de violencia sexual buscan sanación en grupos psicoterapéuticos

“Por experiencia sé, que aunque duela, es vital hablarlo para poder sanar... El primer paso en definitiva es aceptar y hablar. Validar y darle voz a tu niña…”, dice Alejandra, víctima de abuso sexual cuando fue una niña. Recién ahora, cuando ya es mayor de edad, asegura que ha entendido que el culpable es el agresor y no la niña indefensa que fue.

Alejandra junto a dos profesionales psicólogas, Paula Muñoz Reyes y Ada La Ruta impulsan el programa denominado “Reencontrándome desde una nueva mirada”. Reúne a grupos psicoterapéuticos para ayudar a mujeres sobrevivientes de abuso sexual con el objetivo de sanar, aceptar y resignificar lo que sufrieron.  

Un grupo terapéutico es una modalidad de intervención psicológica en el que uno o más psicoterapeutas dirigen un grupo conformado por personas que comparten experiencias o conflictos emocionales similares, explica La Ruta.

La guía del grupo está a cargo de las profesionales. Paula Muñoz Reyes se desempeña como docente de la carrera de psicología de la Universidad Franz Tamayo – Unifranz.  Ada La Ruta asume como psicoterapeuta la dinamización de las sesiones.

Estos grupos brindan un ambiente seguro y de apoyo para que los participantes puedan compartir sus experiencias y emociones, aprender nuevas habilidades y estrategias de manejo de sus conflictos (por medio de técnicas terapéuticas; ya sean desde el enfoque cognitivo-conductual, sistémico, narrativo, etc.).

Además, en estos encuentros se retroalimentan prácticas positivas, a partir de las intervenciones de los demás miembros del grupo con quienes se crea una comunidad.

“Hoy recién puedo entender los síntomas, mentales y físicos, que siempre estuvieron en mí y que nunca pude comprender, hoy recién puedo sacar a la luz y dejar de callar, darle voz a mi niña desprotegida y abusada…, porque al fin entendí que la culpa y la vergüenza no son mías, que eso le corresponde únicamente al hombre que abusó de mí”, sigue Alejandra.

En los grupos terapéuticos, como el “Reencontrándome desde una nueva mirada”, se oyen este tipo de historias, aunque los distintos encuentros tienen diferentes formas de abordar el problema, pues depende del tipo del grupo, la edad de los participantes, el género, el enfoque teórico, entre otros.

“Nuestro grupo se conforma como una comunidad, un espacio seguro y de confianza que tiene el principal objetivo del restablecimiento emocional, a partir del trabajo terapéutico grupal sobre las secuelas de la experiencia traumática de la violencia”, asegura la psicologa.

La labor de los grupos se enfoca en restablecerse emocionalmente a las participantes. Para ello, existen varios caminos a partir de sentirse apoyadas, validadas y escuchadas, de recuperar la confianza y fortalecer su autoestima, de obtener estrategias de gestión emocional y de poder proyectar un plan de vida fuera de la experiencia traumática.

Aunque estas reuniones tienen la virtud de permitir que se compartan experiencias y de brindar ayuda profesional, “para un trabajo más completo se recomienda el trabajo terapéutico individual de manera paralela”, aconseja La Ruta.

“Sigo dando pequeños pasos para siempre estar mejor y para ya no dejar que ese evento de mi pasado controle mi presente, y por eso, porque he entendido muchas cosas, hoy puedo y quiero ser apoyo para todas aquellas mujeres que han sufrido abuso sexual y que no se animan a verlo, por lo doloroso que es, o que si lo han visto, no lo han hablado, porque piensan que son las únicas”, termina  Alejandra.

La labor de las terapias se enfoca en la resignificación de los hechos para disminuir el sentimiento de culpabilidad personal

En la ciudad de La Paz, algunas instituciones organizan estos grupos, como el CIES o el SLIM del Gobierno Autónomo Municipal de La Paz, y CISEX (Centro Integral de Sexualidad y Parejas), en el que Alejandra, Paula y Ada apoyarán a las mujeres que han sobrevivido al abuso sexual.

Hasta marzo de este año, la Fiscalía General del Estado ha registrado 8.861 casos de violencia contra la mujer, de los cuales 578 son abuso sexual, 482 violación, 380 violación a niña, niño o adolescente, y 270 estupro, entre otros.

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