Nuevas tecnologías ayudan a prevenir, tratar y rehabilitar accidentes cerebrovasculares

Parálisis, deficiencias en el habla, desorientación, pérdida de memoria y hasta la muerte. Éstos son algunos de los síntomas con los que las víctimas de accidentes cerebrovasculares (ACVs) deben sufrir. Esta condición es causada por una interrupción en el flujo de sangre a una parte del cerebro.

Esta condición estuvo entre las primeras causas de muerte prematura en el ser humano de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y, si bien ahora es la segunda más común, todavía persisten factores que predisponen su aceleramiento. Sin embargo, los nuevos tratamientos ayudan a detectar de mejor manera casos de ACV, así como tratar a los pacientes y rehabilitarlos.

En promedio, cada cinco segundos se produce un ACV en el planeta. De acuerdo con un informe divulgado por Interstroke – Research Studies, el 90% de los casos de ACV son provocados por 10 factores de riesgo: la hipertensión arterial, el tabaquismo, la obesidad abdominal, una dieta pobre en vegetales y granos y rica en carbohidratos, los azúcares y grasas, así como la inactividad física, la diabetes mellitus, el estrés psicoemocional, las enfermedades cardíacas y la falta de proteínas.

Esta condición tiene mayor prevalencia en los mayores de 65 años, sin embargo, puede afectar a toda la población. En los jóvenes la incidencia es mucho menor, pero no inexistente. La principal causa es el consumo de algunas sustancias perjudiciales, como el cigarrillo, el alcohol y las drogas.

“Un accidente cerebrovascular es una condición que se caracteriza por alteraciones neurológicas debido a la ruptura de un vaso sanguíneo, en caso de ser hemorrágico, o la oclusión de un vaso sanguíneo cerebral importante en caso de ser isquémico.  Las causas hemorrágicas pueden ser por malformaciones arteriovenosas, afecciones vasculares como la formación de aneurismas, arteriosclerosis, emergencias hipertensivas. Y las causas isquémicas pueden ser por placa de ateromas, por ataques transitivos isquémicos, por trombosis vascular, infarto cerebral”, explica Yuniel Camejo, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

El médico agrega que los síntomas más frecuentes son la parálisis de una parte del cuerpo o de todo el cuerpo, deficiencias en el habla, ya sea para articular las palabras, para comprenderlas o ambas, desorientación y pérdida de memoria.

“En caso del ACV isquémico puede haber síntomas leves como cefalea, mareo, náuseas antes del accidente y, luego, el paciente despertar con parálisis de un lado del cuerpo, entre otros síntomas. En caso del hemorrágico tiende a ser de aparición brusca con cefalea intensa, dificultades visuales y vómitos espontáneos”, explica.

Asimismo, después de un accidente cerebrovascular pueden presentarse secuelas de larga duración como parálisis, parestesias (adormecimiento de los miembros) y dificultades en el habla. “La terapia física y la rehabilitación son importantes en este punto además de la vitaminoterapia y el control de los factores de riesgo”, acota el médico.

Médicos cardiólogos y neurólogos diagnostican y tratan los ACV, mientras que fisioterapeutas y fonoaudiólogos colaboran con la rehabilitación de los pacientes.

Unifranz

A pesar de los avances, la OMS recomienda trabajar en la prevención

Técnicas novedosas

“En el tratamiento de la enfermedad cerebrovascular está en auge la aplicación de nuevos esquemas de tratamiento, donde la eficacia dependerá mucho de la magnitud de la afección y el tiempo en que se actúe. De que se haga un diagnóstico precoz y oportuno dependerá en gran medida el pronóstico”, explica Camejo.

Entre las herramientas técnicas más novedosas están el Telestroke o TeleACV, que es la posibilidad de hacer diagnósticos a distancia y tratar de la misma forma a los pacientes.

Por el otro lado, está la robótica endovascular que consiste en la utilización de robots, sin la necesidad de la presencia física del médico, para tratar la patología a distancia.

Asimismo, actualmente, se utiliza la inteligencia artificial o el Machine Learning, para facilitar diagnósticos, lo cual acorta sensiblemente los tiempos, logrando mejores resultados.

También tienen una gran relevancia las nuevas imágenes obtenidas por endoscopía o por tomografía de coherencia óptica, que permiten ver la pared de la arteria, la pared del coágulo, ver de qué tipo de coágulo se trata para mejorar la extracción del mismo.

Prevención

A pesar de estos avances, la OMS recomienda trabajar en la prevención, ya que cerca del 90% de los casos pudieron ser evitados.

“Se puede reducir el riesgo de presentarlo con un estilo de vida saludable, no consumo de alcohol, evitar la obesidad y el sedentarismo, controlar la presión arterial, la práctica de ejercicio físico y dieta saludable”, explica el médico.

Por otra parte, es necesario combatir la hipertensión arterial, ya sea con dietas o con el control médico de la hipertensión arterial en manos de neurólogos, médicos generalistas, cardiólogos, nefrólogos y neurólogos. Es absolutamente fundamental controlar la tensión arterial.

Otro factor que se ha visto claramente relacionado con la disminución del ACV es el sueño de calidad y el movimiento del paciente, así como el aumento de la sociabilidad en todos los grupos etarios.

Por último, es importante impulsar la educación primaria, secundaria y la terciaria sobre la condición. Las universidades, las sociedades médicas, las sociedades de otros especialistas de la salud deben centrarse en la socialización de esta condición, de cómo prevenirla e identificarla para evitar el empeoramiento de los casos.

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