Dietas ¿Quién debe supervisarlas?

Tres amigas iniciaron una dieta para adelgazar. No buscaron ningún tipo de asesoramiento profesional, simplemente siguieron consejos sacados de internet o recomendaciones de conocidos. Las tres enfermaron. Una quedó con anemia, la otra enfermó con anemia crónica, y la tercera fue diagnosticada con principios de leucemia.

La nutricionista-dietista Magaly Bishop señala que una dieta debe ser prescrita por un nutriólogo o nutricionista-dietista. Previo a ello realiza una serie de estudios médicos y psicológicos para “elaborar la dieta correcta y adecuada para el paciente”.

Bishop, docente de la universidad Franz Tamayo, Unifranz, alude a los riesgos derivados de no seguir estas orientaciones. Buscar dietas en internet o dejarse llevar por consejos de terceros conlleva engaños o peor aún, lesiones en la salud de las personas, como las que padecieron las tres amigas.

La profesional advierte que en los últimos años “han surgido distintos couch, que afirman que sus dietas son efectivas, y en muchas ocasiones hacen padecer de hambre a fin de lograr su cometido”. Además, provocan desórdenes alimenticios, baja en los nutrientes o en las defensas inmunológicas y enfermedades.

Para asumir una dieta conviene asesorarse por un profesional nutricionista certificado. El especialista realizará evaluaciones y exámenes bioquímicos y clínicos. El endocrinólogo diagnostica la patología, por ejemplo el hipotiroidismo, (aumento de peso, por un desequilibrio de la hormona tiroides), síndrome de Cushing, entre otros. Y el psicólogo valora si hubiese alguna patología psicológica.

Pero en ambos casos, la dieta la indica, prescribe y elabora el nutricionista.

Las dietas se individualizan según las particularidades de cada ser humano, desde su metabolismo hasta sus hábitos de alimentación. Un nutricionista ayudará para los cambios de dichos hábitos y tender hacia una alimentación variada, completa, adecuada y equilibrada.

La dieta demanda hábitos alimenticios saludables.

Las dietas peligrosas

En los últimos años, aparecieron personas que prometen soluciones milagrosas como la pérdida de peso drástica en cuestión de días o semanas. Prometen resultados rápidos, implementan una lista de alimentos buenos y malos, prohíben alimentos, venden preparados milagrosos supuestamente verificados con algún testimonio, pero sin un certificado científico.

Se han popularizado algunas recetas como adecuadas. Incluso, algunos nutricionistas destacan aspectos relevantes de las mismas. Bishop repasa las mismas y alerta sobre los riesgos vinculadas a las mismas.

La dieta Paleolítica es un plan de alimentación basado en alimentos que los humanos podrían haber consumido durante la era paleolítica, hace unos 2,5 millones a 10.000 años. Incluye frutas, verduras, carnes sin grasas, pescado, huevos, frutos secos y semillas, que antes se podían encontrar mediante la caza y la recolección.

El abuso en esta propuesta alimentaria provoca déficit en carbohidratos complejos (integrales) y la falta de ácidos grasos esenciales.  Además, los estudios han demostrado que podría causar problemas cardiovasculares.

La dieta Keto consiste en eliminar o reducir al máximo todos los carbohidratos y apostar por las grasas y las proteínas.

Bishop advierte que no es apta para todo público, pues fue elaborada para pacientes que padecen epilepsias y se quiso implementar en pacientes diabéticos. En este último caso se detectó cetosis  o uso de grasas cetonas por el organismo.

Según una nueva investigación, podría estar relacionada con niveles elevados de colesterol «malo» y duplica el riesgo de sufrir episodios cardiovasculares, como obstrucción de arterias, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.

Sólo frutas, sólo verduras. Dietas similares dejan de lado los macronutrientes, debilitan órganos, piel, provocan la pérdida de cabello, resultan en uñas quebradizas y débiles, y podrían provocar enfermedades infecciosas por un bajo sistema inmunológico.

Dietas con ayunos exagerados de 72 horas o más, “son terribles”, porque causan un debilitamiento orgánico, y provocan anemias y desnutrición, y un mal funcionamiento de los órganos.

Ingesta de tabletas o alguna sustancia sin tener una garantía científica de su efectividad, de manera indiscriminada sin aval científico, es peligroso para la salud. Debe ser prescrito tomando en cuenta la situación física, orgánica y patológica del paciente.

La dieta del pomelo consideraba que esta fruta puede impulsar la pérdida de peso, que restringe las calorías y nutrientes. Sin embargo, está vinculada a efectos secundarios como fatiga, dolor de cabeza y estreñimiento. La dieta de la sopa de repollo que consiste en comer una gran cantidad de este caldo durante siete días. Pero es bajo en nutrientes y puede conducir a la desnutrición.

Bishop afirma que cualquier alimentación debe ser variada, completa, adecuada y equilibrada, es decir cumplir con las leyes de la alimentación.

Ley de la Cantidad (suficiente para cubrir las necesidades calóricas del individuo y mantener en equilibrio el cuerpo); Ley de la Calidad (completa con todos los macros y micronutrientes, minerales y vitaminas); Ley de la Armonía: (macronutrientes y micronutrientes presentes de manera proporcional); y  Ley de la Adecuación (es decir, que sea adecuada para cada persona y su condición de salud).

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