Se presenta paulatinamente y es casi invisible por la mayor parte de su desarrollo, proviene de los malos hábitos y puede cambiar la vida de los que la padecen. La resistencia a la insulina afecta a millones de personas en el mundo y si no es tratada a tiempo, puede derivar en diabetes tipo 2, enfermedades cardiacas, renales, hepáticas o, incluso, Alzheimer.
“Viví al menos 10 años con resistencia a la insulina sin más signos que el oscurecimiento de algunas zonas de mi piel, subidas de peso constantes y algunos lunares en el cuello. Durante ese tiempo llevé mi vida con normalidad y cuando me di cuenta, era demasiado tarde, tenía diabetes tipo 2”, revela Sandro Castañeda, un comunicador de 37 años.
La resistencia a la insulina es una condición en la que las células no pueden utilizar la insulina de manera efectiva. Esto puede llevar a prediabetes y, eventualmente, a diabetes tipo 2.
La insulina, producida por el páncreas, permite que las células absorban y utilicen la glucosa. Sin embargo, en personas con resistencia a la insulina, las células no pueden absorber la glucosa adecuadamente, lo que provoca niveles elevados de azúcar en la sangre. Si bien la resistencia a la insulina aumenta el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, se puede prevenir o revertir mediante cambios en el estilo de vida y, en algunos casos, medicamentos.
Danitza Vargas, médico y coordinadora del diplomado en “Obesidad y síndrome metabólico”, de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que hay muchos factores que desencadenan esta condición.
“El principal factor es el estilo de vida sedentario sumado a una dieta poco saludable, el consumo excesivo de alcohol y tabaco y no tener sueño de buena calidad.
La resistencia a la insulina forma parte de un conjunto de trastornos que incluyen la obesidad abdominal, la hipertensión y dislipidemia, aumenta aún más el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y diabetes, llamado síndrome metabólico. Este síndrome se ha convertido en una preocupación creciente debido a su prevalencia y sus graves implicaciones para la salud a largo plazo.
“Este grupo de afecciones que se presentan al mismo tiempo aumentan el riesgo de sufrir una enfermedad coronaria, un accidente cerebro vascular, diabetes y otros problemas de salud”, puntualiza la académica.
Por otra parte, un estudio publicado en la publicación científica JAMA Network Open sugiere que la resistencia a la insulina y la hiperglucemia podría aumentar el riesgo de enfermedad de Alzheimer (EA). Los investigadores encontraron que la resistencia a la insulina se relacionaba con un peor rendimiento en pruebas de memoria en adultos de mediana edad.
7 remedios naturales que mejora la sensibilidad a la insulina
La sensibilidad a la insulina se refiere a la respuesta de las células a la insulina. Mejorarla puede ayudar a reducir la resistencia a la insulina y el riesgo de muchas enfermedades, incluyendo la diabetes.
Estas son siete formas naturales, respaldadas por la ciencia, para aumentar la sensibilidad a la insulina.
- Dormir lo suficiente
La falta de sueño puede dañar tu salud y aumentar la resistencia a la insulina. Recuperar el sueño perdido puede ayudar a revertir sus efectos.
- Hacer más ejercicio
El entrenamiento aeróbico y de resistencia puede ayudar a aumentar la sensibilidad a la insulina, pero combinarlos en tus entrenamientos parece más efectivo.
- Reducir el estrés
El estrés continuo está relacionado con un mayor riesgo de resistencia a la insulina. La meditación, el ejercicio y el sueño son grandes maneras de ayudar a reducir el estrés.
- Controlar el peso
El exceso de peso, particularmente en el área abdominal, reduce la sensibilidad a la insulina. La pérdida de peso puede ayudar a aumentar la sensibilidad a la insulina, y está relacionada con un menor riesgo de diabetes.
- Agregar más frutas y vegetales coloridos a la dieta
Las frutas y los vegetales coloridos son ricos en compuestos vegetales que ayudan a aumentar la sensibilidad a la insulina. Pero se debe tener cuidado de no comer demasiada fruta en una sola comida, ya que algunos tipos son altos en azúcar.
- Reducir los carbohidratos
Comer menos carbohidratos, repartir tu consumo de carbohidratos a lo largo del día y elegir carbohidratos de bajo Índice Glucémico (IG) son maneras inteligentes de aumentar la sensibilidad a la insulina.
Los carbohidratos de bajo IG son los mejores, ya que disminuyen la liberación de azúcar en la sangre, dando a la insulina más tiempo para trabajar eficientemente.
Las fuentes de carbohidratos con bajo IG incluyen camote, arroz integral, quinua y algunas variedades de avena.
- Reducir el consumo de azúcares añadidos
Hay una gran diferencia entre azúcares añadidos y azúcares naturales.
Los azúcares naturales se encuentran en fuentes como las plantas y los vegetales, que proporcionan muchos otros nutrientes.
Por el contrario, los alimentos más altamente procesados contienen azúcares añadidos. Los dos tipos principales de azúcar añadidos durante el proceso de producción son el jarabe de maíz de alta fructosa y el azúcar de mesa, también conocido como sacarosa.
El consumo alto de fructosa está relacionado con un mayor riesgo de resistencia a la insulina. Los alimentos que contienen altas cantidades de azúcar añadido también son altos en fructosa.