Con un precio casi prohibitivo, Apple lanzó hace unos días su producto más revolucionario de los últimos tiempos, las Vision Pro, unas gafas de realidad mixta que permiten a su usuario, no solo navegar la realidad virtual, sino interactuar con el exterior al mismo tiempo; algo que la firma de Cupertino ha llamado “Computación Espacial”.
Esta tecnología, desarrollada por lo menos en seis años, plantea un mundo de oportunidades para la educación, así como para el entretenimiento, la productividad y el desarrollo de nuevas aplicaciones, explica el ingeniero Juan Carlos Cuellar Sonco, docente de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“Este dispositivo tiene un gran potencial educativo debido al carácter mixto de su tecnología, que permite interactuar tanto con la realidad virtual como la realidad aumentada y lo que sucede a nuestro alrededor, permitiendo aplicaciones en arquitectura, medicina, programación, y otras áreas del conocimiento”, explica el experto.
Las nuevas «gafas» son presentadas por la compañía como «una revolucionaria computadora espacial que fusiona el contenido digital con el mundo físico a la perfección y permite a los usuarios mantenerse presentes y en contacto con otras personas».
Las Vision Pro son lentes de realidad virtual que cuentan con un sistema operativo y buscan ser una especie de computadora con un espacio de pantalla infinito. En todo este entorno se permite acceso a las mismas apps y programas que en una máquina de escritorio.
Entre sus principales cualidades, la tecnología de los lentes permite que cuando otra persona se acerca al usuario en el mundo real, éste pueda ver a esa persona en la pantalla virtual.
En ese caso, la persona podrá ver normalmente los ojos del usuario, ya que la pantalla negra que los cubre se desvanece cuando hay alguien cerca.
Los lentes tienen 256 GB de almacenamiento y la tecnología de seguimiento ocular del visor puede funcionar monitoreando solo un ojo dominante, para las personas que no tienen el uso completo de ambos ojos.
“Es una herramienta poderosa la que nos están proponiendo en cuanto a lo que es la computación espacial, que no es RA o RV, sino un mundo computacional virtual y las aplicaciones de esta tecnología no tienen límites, como todos los dispositivos en el área informática, sus límites solo los pone la creatividad de la persona que vaya a utilizarla”, indica Cuellar.
De acuerdo con el experto, lo que se busca con esta tecnología es llevar la experiencia del usuario a un mundo inmersivo donde personas de todo el mundo están interconectados y pueden trabajar colaborativamente como si estuvieran en la misma habitación.
Esto nos va a permitir establecer comunicación, conocimiento, ciencia, investigación con todo el mundo. Ése es el objetivo, interrelacionar a todos en una sola área de trabajo virtual. Medicina, tecnología, marketing, arquitectura e ingenierías y la ciencia en general van a ser beneficiadas con esta tecnología. Esto nos va a permitir visualizar sin tener que estar físicamente en el lugar, entonces habilidades o posibilidades las tiene”, apunta.
Por ejemplo, las Vision Pro pueden ser utilizadas en simuladores médicos, laboratorios, como recurso de conexión en el aprendizaje ciberfísico, entre otras aplicaciones.
Sin embargo, el ingeniero de sistemas señala que, actualmente, existe una gran limitación que es el costo de los equipos.
Según el tarifario oficial de la compañía tecnológica, el precio base de las Vision Pro ya alcanza el de un vehículo básico, señala Cuellar, pero a esto hay que añadir la suite de periféricos y accesorios necesarios para su uso óptimo, como estuches, baterías extra, filtros, ajustes y almacenamiento adicional, los cuales elevan aún más el costo.
Cuellar señala que estos costos hacen complicado para los usuarios comunes acceder a esta tecnología al momento, sobre todo en el caso de las instituciones educativas.
“Sus aplicaciones educativas tienen un gran potencial, sin embargo, estamos limitados por el tema del precio, que es sumamente alto, pero esto no significa que se pueda avanzar en el desarrollo de aplicaciones educativas con el futuro en mente”, explica.
A pesar de estas limitaciones, Cuellar indica que la tecnología que estos lentes utilizan no es nueva, aunque sí de mejor calidad y definición, por lo que es muy probable que eso impulse al mercado a implementar las novedades que traen a sus propios dispositivos.
“Los lentes Quest, principales competidores de las Vision Pro, ya integran varias de las tecnologías que tienen y cuestan tan solo 500 dólares, quien sabe si con el avance tecnológico estos precios se puedan reducir aún más, haciéndolas más accesibles para las instituciones educativas que quieran utilizarlas”, culmina.