Estas nuevas tendencias tienen, además, un efecto en la manera en la que los estudiantes y los profesores se relacionan entre ellos y con las universidades.
“Las tendencias educativas influenciadas por la tecnología tendrán diversos impactos en estudiantes y profesores, algunos de estos impactos son mayor acceso y flexibilidad respecto de los recursos educativos, la posibilidad de colaborar con estudiantes y docentes alrededor del mundo, el desarrollo de nuevas habilidades y mayor diversidad de recursos, entre otros elementos”, explica Ariel Villarroel, responsable de la Jefatura de Enseñanza y Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“Por ejemplo, los estudiantes se beneficiarán del acceso a recursos educativos desde cualquier lugar y en cualquier momento, lo que brinda flexibilidad a su proceso de aprendizaje, además, las plataformas de aprendizaje adaptativo y la analítica educativa permiten un enfoque más personalizado, adaptando el contenido y la velocidad de aprendizaje según las necesidades individuales”, explica.
Por otra parte, los estudiantes pueden colaborar con compañeros de todo el mundo, lo que les brinda la oportunidad de explorar diferentes perspectivas y desarrollar habilidades interculturales.
De la misma manera, las tecnologías emergentes y enfoques de enseñanza centrados en habilidades como el pensamiento crítico y la resolución de problemas preparará a los estudiantes para enfrentar los desafíos del mundo real.
“El aprendizaje en línea fomenta la autodisciplina y la capacidad de autogestión, habilidades valiosas para la educación superior y el entorno laboral. Los estudiantes tendrán acceso a una amplia gama de recursos educativos, incluidos videos, simulaciones y contenido interactivo, que pueden enriquecer su experiencia de aprendizaje”, explica.
En el caso de los profesores, éstos pueden utilizar tecnologías para adaptar sus métodos de enseñanza a las necesidades específicas de cada estudiante, facilitando así la enseñanza personalizada.
“Tenemos el caso del análisis de datos, el cual ayuda a los profesores a evaluar el rendimiento del estudiante, identificar áreas de mejora y ajustar sus estrategias pedagógicas en consecuencia; por otra parte, están las plataformas en línea y las redes que permiten la colaboración entre educadores, compartiendo mejores prácticas y recursos. También facilitan el desarrollo profesional continuo.
Estos cambios, a su vez, permiten el cambio de roles entre los profesores y los estudiantes. “Con el enfoque en habilidades del siglo XXI y el aprendizaje autónomo, los profesores pueden pasar de ser dispensadores de información a facilitadores del aprendizaje y guías.
De la misma manera, los profesores se beneficiarán de la integración de herramientas tecnológicas en el aula, lo que puede hacer que la enseñanza sea más interactiva y atractiva.
“La rápida evolución de la tecnología requerirá que los profesores sean adaptables y estén dispuestos a incorporar nuevas herramientas y enfoques en su práctica docente”, dice Villarroel.
Estas herramientas de evaluación continua y formativa, según el experto, permiten a los profesores evaluar a los estudiantes de manera más holística, y no solo a través de exámenes estandarizados.
“Estas tendencias están transformando la experiencia educativa, brindando oportunidades para un aprendizaje más personalizado y preparando a estudiantes y profesores para enfrentar los desafíos de la sociedad contemporánea. Sin embargo, también presentan desafíos, como la necesidad de abordar la brecha digital y garantizar la seguridad digital”, agrega.
Cómo se adaptan las instituciones educativas
Para adaptarse a estos cambios, las instituciones educativas invierten en infraestructura tecnológica robusta, incluyendo conectividad de alta velocidad, servidores potentes y hardware actualizado, para respaldar el aprendizaje en línea y la integración de tecnología en el aula.
Las instituciones educativas están adoptando un enfoque proactivo para integrar la tecnología de manera efectiva en la enseñanza y el aprendizaje, preparando a estudiantes y educadores para un entorno educativo en constante evolución.
“Los educadores reciben formación continua en el uso efectivo de tecnologías educativas. Esto incluye el aprendizaje sobre nuevas plataformas, herramientas y estrategias pedagógicas que aprovechan la tecnología, también, muchas instituciones han adoptado plataformas de aprendizaje en línea para proporcionar acceso a recursos educativos y facilitar la interacción y evaluación en línea”, agrega Villarroel.
Asimismo, las instituciones educativas desarrollan contenido educativo interactivo y enriquecido, como videos, simulaciones y actividades en línea, para mejorar la experiencia de aprendizaje de los estudiantes y están ajustando sus métodos de evaluación hacia enfoques más formativos, utilizando análisis de datos para proporcionar retroalimentación continua y ayudar a los estudiantes a mejorar.
Otra de las maneras en las que las instituciones se adaptan a los cambios es establecer colaboraciones con la industria y otras instituciones educativas para mantenerse actualizadas sobre las demandas del mercado laboral y compartir mejores prácticas, además de abordar la brecha digital mediante la implementación de políticas y programas que aseguran que todos los estudiantes tengan acceso equitativo a recursos tecnológicos.
“Las instituciones siguen de cerca las tendencias educativas y tecnológicas emergentes para adaptarse rápidamente a los cambios y garantizar que sus programas educativos estén alineados con las necesidades actuales”, concluye el experto.