En el crucial paso hacia la vida universitaria, elegir la carrera adecuada se convierte en una decisión que afectará el futuro profesional y personal de cada estudiante. Más allá de la frase «elige la carrera que quieras», se hace indispensable un proceso de reflexión y decisión informada.
Gabriela salió bachiller el pasado año. Su sueño es estudiar Medicina, pero los test de orientación vocacional que realizó en el colegio dieron como resultado que sus aptitudes están más dirigidas a las ciencias sociales, como Psicología o Derecho.
La joven siente que está en una encrucijada porque sus papás dejaron la elección en sus manos. Si bien quiere cumplir con su sueño, no quiere equivocarse en su decisión. El tiempo corre en su contra, porque la mayoría de las universidades ya iniciaron inscripciones.
Medicina, Odontología, Bioquímica y Farmacia, Enfermería, Psicología, Derecho, Economía o Ingeniería de Sistemas, entre otros, son un abanico de oportunidades que se abren a los ojos de los futuros universitarios.
¿Cuál elegir? Para tomar la decisión correcta, es necesario que el estudiante analice cuál es su vocación y reconozca sus intereses, habilidades y cuáles son sus perspectivas de desarrollo laboral a mediano y largo plazo, asegura Ariel Quispe, pedagogo y responsable de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
El primer paso, según el académico, es realizar una introspección profunda, donde el estudiante debe reconocer sus intereses, competencias y metas profesionales a mediano y largo plazo. Este proceso personal es esencial para entender las motivaciones que impulsarán su trayectoria académica y profesional.
Posteriormente, se debe tomar una decisión informada que implica revisar detalladamente los planes de estudio de las carreras de interés, así como dialogar con familiares y amigos que ya estén cursando esas carreras. La elección no debe basarse únicamente en opiniones externas, sino en un análisis propio y profundo.
Existen, sin embargo, algunos aspectos que se deben considerar al momento de realizar esta evaluación ya que, hoy en día, los estudiantes pertenecen a generaciones con prioridades diferentes, que van más allá del salario o las horas de trabajo.
“Actualmente, los estudiantes que están ingresando a las universidades pertenecen a la generación Z y pronto asistirán los de la generación Alfa. Es necesario indicar que las personas pertenecientes a estas generaciones tienen otras prioridades, tales como el ambiente laboral, las oportunidades de crecimiento, el reconocimiento, medio ambiente y redes sociales, entre otras”, dice Quispe.
También es esencial considerar aspectos como aspiraciones personales, demanda laboral, flexibilidad, adaptabilidad y otros elementos del entorno laboral moderno.
Ikigai y propósito de vida
Para Quispe, el concepto japonés de Ikigai se presenta como una guía valiosa para encontrar el propósito de vida.
Ikigai es un concepto que significa razón de vivir o razón de ser. Se trata de la combinación de las palabras japonesas iki, que se traduce como vida y gai, que se traduce como valor. Se basa en cuatro nociones principales: lo que amas (tu pasión); lo que necesita el mundo (tu misión); en lo que eres bueno (tu vocación); y por lo que te pueden pagar (tu profesión).
El propósito de vida es resultado de la intersección entre lo que te apasiona hacer y en lo que eres bueno. Empero, no tiene por qué haber un único y perfecto propósito, ya que los intereses y valores, así como el deseo de mejorar, evolucionan con el tiempo.
“El objetivo es que el estudiante encuentre su propósito de vida. La misión será la intersección de lo que ama hacer y lo que el mundo necesita, la pasión será la intersección entre lo que es bueno y lo que ama hacer y la vocación será la intersección entre lo que el mundo necesita y por lo que le pueden pagar”, explica el académico.
Un test vocacional podría mostrar algunas opciones o algunas tendencias o áreas de formación, pero, solamente con reflexión y análisis se llegará a una decisión informada.
Elección propia y desarrollo de competencias
Aunque muchos padres buscan orientar a sus hijos en la elección de carrera, es fundamental que el estudiante sea el que tome la decisión. Experimentar y afrontar las consecuencias de las elecciones fortalece no sólo la formación profesional sino también el desarrollo de competencias blandas.
“Muchos padres tienen la mejor de las intenciones al orientar a sus hijos en torno a la elección de una carrera universitaria. Sin embargo, si el estudiante elige lo que su padre, madre o algún familiar desea, podría descubrir que en algún momento de la carrera lo que eligió no lo satisface del todo y optará por un cambio de carrera, por eso es necesario que sea el estudiante quien tome la decisión sobre qué estudiar, pero que también sepa que no todas las asignaturas le gustarán y que debe afrontar las consecuencias y responsabilidades de esa elección”, puntualiza el pedagogo.
La edad tampoco es determinante para conocer el propósito de vida. Reconocer las fortalezas y oportunidades de mejora al salir del colegio, así como distinguir aptitudes, actitudes y pasiones, son pasos esenciales para encontrar el lugar en el que convergen las cosas que nos gusta hacer y las cosas que se nos dan especialmente bien, como diría Ken Robinson, en su obra El Elemento.
Para Quispe, “la edad es relativa, pues una persona no necesariamente conoce su propósito de vida a los 16, 17 o 18 años, sin embargo, es importante que un estudiante reconozca las fortalezas y oportunidades de mejora con las cuales sale del colegio, pero también es necesario que distinga sus aptitudes, actitudes y pasiones”.
Orientación vocacional
La orientación vocacional brinda un espectro de posibilidades y ayuda al estudiante a discernir sobre su elección a través de una decisión informada. Es un recurso valioso para explorar inclinaciones y afinidades.
La realización de un test vocacional pretende ayudar a la persona a conocer su orientación profesional y saber, de primera mano, cuáles son los trabajos en los que podría destacar.
Es fundamental conocer qué tipos de trabajo se adaptan mejor a cada persona por su carácter o gustos. Las cualidades de cada uno hacen que seamos capaces de realizar mejor unos trabajos o tareas que otros.
Elegir la carrera universitaria adecuada es un proceso en constante evolución. La reflexión continua y el autoconocimiento son las herramientas clave para tomar decisiones que no sólo impulsen el crecimiento profesional, sino que también brinden satisfacción personal a lo largo del camino académico y laboral.