Mostrar una imagen corporativa, acceder a financiamiento externo y mostrar transparencia frente a los clientes y la sociedad, son algunas de las ventajas que la formalización ofrece a las empresas y emprendimientos en el país, de acuerdo con el docente universitario e investigador en Derecho Corporativo, Fernando Miranda.
“La formalización tiene muchas ventajas. Primero, crea una reputación corporativa en base a una cultura corporativa; en segundo lugar, crea un sistema de acreditación ante el sistema crediticio financiero, eso quiere decir que se va a poder obtener mayor financiamiento interno y externo, inyecciones de inversión o, inclusive, colaboración del sistema financiero”, indica el experto.
En tercer lugar, la formalización permite a las empresas tener un registro de su experiencia en sus niveles de trabajo. “Esto ayudará a poder otorgar experiencia de acuerdo a sus actividades y al transcurso del tiempo”, agrega Miranda.
La cuarta ventaja se refiere a fomentar el surgimiento de nuevos líderes empresariales dentro de la organización, sean familiares o socios, a través de los cuales se podrá asegurar la supervivencia de la empresa en el tiempo.
“Finalmente, va a otorgarle sostenibilidad financiera a la organización para que pueda ser más transparente, vender mejores productos o, en su caso, otorgar mejores servicios y que ésta ya sea parte de la sociedad y del desarrollo económico del país”, puntualiza el experto.
La formalización de las empresas es un tema muy importante para el país, considerando que, de acuerdo con estimaciones de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), Cámara Nacional de Industrias (CNI) y otros observatorios e instituciones, Bolivia presenta uno de los índices más altos de informalidad, llegando incluso hasta el 80%.
Este nivel de informalidad se traduce en competencia desleal para las empresas legalmente establecidas, menores recaudaciones tributarias para el erario nacional, el fomento a actividades ilegales como el contrabando y mayor vulnerabilidad para los trabajadores, que no cuentan con beneficios sociales ni seguridad social.
Según el Servicio Plurinacional de Registro de Comercio (SEPREC) la Base Empresarial al 28 de febrero de 2023 registra sólo 367.129 unidades económicas en todo el territorio boliviano, que refleja la “fuerte informalidad” que caracteriza al sector económico del país.
El experto participó en la segunda jornada de Inteligencia Jurídica en Negocios Corporativos de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. El evento reunió a expertos de los ámbitos empresariales y legales con estudiantes universitarios.
Las trabas para formalizarse
En Bolivia, inscribir una empresa involucra al menos a tres instancias: el Servicio Plurinacional de Registro de Comercio (Seprec), el Servicio de Impuestos Nacional (SIN) y los gobiernos municipales. Adicionalmente, pueden ser necesarios trámites en el Servicio Nacional de Propiedad Intelectual (Senapi) para registrar la marca de la empresa y en el Servicio Nacional de Verificación de Exportaciones (Senavex) si la vocación de la empresa involucra el comercio exterior.
Más allá de los trámites, Miranda identifica algunas trabas adicionales, principalmente relacionadas con la falta de cultura corporativa empresarial y temas laborales e impositivos.
“Hay muchas trabas, la primera es la cultura corporativa ya que hemos nacido en un sistema en el que falta la cultura empresarial. La segunda traba es un sistema todavía dificultoso en el tema laboral. Tenemos leyes laborales que no son concretas y una Ley General del Trabajo que data de hace muchos años atrás (…). Una tercera traba es el tema de la tributación, es necesario crear nuevos sistemas de tributación para que las empresas no se vean complicadas o arrinconadas, sino más bien tengan metodologías de crecimiento y acompañamiento por parte de los servidores públicos”, señala.
Sin embargo, el experto expresa que las ventajas son mucho más grandes que las posibles trabas y propone pequeños pasos hacia la formalización para las empresas.
“Los pequeños pasos que las empresas pueden empezar a dar son: tener una cuenta corporativa en los bancos, una imagen corporativa, que el nombre y la razón social de la empresa sean claras, si se tiene una tipología de empresa, explicar a los socios cuáles son sus derechos y sus obligaciones y, finalmente, intentar poco a poco, mejorar la tributación y el respeto a los derechos laborales”, finaliza.