Las redes sociales se han convertido en un espacio para el esparcimiento de los jóvenes. Pasan largas horas vinculados a los dispositivos móviles para jugar, relacionarse y compartir. Muchos estudios han alertado sobre las consecuencias, sobre todo físicas, de estas prolongadas sesiones. Algunos, los más recientes, hablan también sobre la repercusión psicológico de esta dependencia.
Ya en 2019, un estudio publicado por la revista JAMA Pediatrics de Canadá refiere la aparición de síntomas de la depresión en los jóvenes que pasan largas horas en las redes sociales.
La directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Liudmila Loayza, indica que la pandemia y el contexto actual de las redes sociales han aumentado los indicadores del trastorno depresivo en los adolescentes.
“Los jóvenes no eran un grupo tan vulnerable como ahora. La pandemia por el Covid-19, así como el contexto en el que vive hoy el adolescente, que es ya un ser social dentro de las redes sociales, potencializan la vulnerabilidad que de por sí ya tiene el adolescente al estar en una etapa de transición», puntualiza.
Salud mental
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como “un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”.
Loayza asegura que la salud mental tiene una gran importancia para el desempeño del ser humano. “En la medida en que exista un equilibrio entre la salud física con la salud emocional, la persona puede ser funcional en todas las áreas de su vida, como el colegio, la universidad, el trabajo o la familia”, indica.
Trastornos que dañan la salud mental
El trastorno mental es una patología del campo de la salud mental. Es todo aquello que se aleja de lo normal.
“Muchas cosas pueden detonar un trastorno mental en una etapa determinada de la vida (…). En este último tiempo, lo que se está viendo es que han aumentado los trastornos mentales del estado del ánimo, como el trastorno de ansiedad y la depresión», agrega Loayza.
Tipos de trastornos mentales
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce diversos trastornos mentales. Uno de los más frecuentes y extendidos es la ansiedad. Se caracteriza por el miedo y la preocupación excesiva y por trastornos del comportamiento conexos.
La depresión alude a un estado de ánimo marcado por la pérdida del disfrute o del interés en actividades la mayor parte del día.
Un tercer trastorno tiene que ver con la bipolaridad. Las personas afectadas experimentan episodios depresivos alternados con períodos de síntomas maníacos.
La esquizofrenia se caracteriza por una importante deficiencia en la percepción y por cambios de comportamiento.
Quizá uno de los trastornos más frecuentes tiene que ver con el estrés postraumático. Parte de la vivencia de un suceso extremadamente amenazante u horrible que afecta a las personas. Un accidente, una explosión o una operación pueden ser los detonantes.
De forma más reciente se han identificado otros trastornos como el del comportamiento alimentario, comportamiento disruptivo y disocial o trastornos del neurodesarrollo.
Ansiedad y depresión no van juntas
La ansiedad y la depresión son trastornos diferentes que se confunden con frecuencia. La ansiedad es un miedo anticipatorio, es estar siempre intranquilo ante cualquier situación, estar en un estado de alerta.
“Voy a ir a trabajar y de pronto ya estoy en estado de alerta porque no sé si voy a conseguir movilidad, si voy a llegar tarde, me pongo en un estado de alerta, angustiada, igual pienso que me va a suceder algo malo en la universidad o en el colegio o en otro ambiente, es un estado de alerta», señala Loayza.
En tanto, la depresión es un estado de ánimo decaído en el que la persona se siente triste sin sentido en la vida. Sin embargo, en el trastorno de ansiedad se puede dar un síntoma depresivo, o sea en algún momento la persona puede sentirse triste.
Sólo el psicólogo podrá determinar, previa una valoración certera, qué tipo de trastorno – ansiedad, depresión u otro- está atravesando una persona.