Un estudio llevado adelante por la Fundación Iguales respecto a la participación de la mujer en la mediana y gran empresa devela que solo el 35% de la planilla total de los trabajadores son mujeres.
Durante el evento «Hacia la igualdad de género: principios para el empoderamiento de las mujeres (WEPs)», realizado en la ciudad de Santa Cruz de la Sierra, Patricia Hurtado, directora Ejecutiva de la Fundación Iguales presentó los resultados del estudio “Participación de la mujer en la mediana y la gran empresa en Bolivia”
“Encontramos que en la planilla de las medianas y grandes empresas solo hay un 35% de mujeres, eso quiere decir que, de cada 10 trabajadores, solamente entre tres o cuatro son mujeres”, sostiene Hurtado.
El dato se desagrega por sectores económicos. La equidad está próxima a conseguirse en rubros específicos como comercio, con 46% en la planilla, en servicios llega a 41%. En otros, la breca es mayor, como ocurre en el sector de la industria, donde la inserción de mujeres alcanza solo al 27%. “La industria es el sector con menor participación de mujeres y es el sector donde más desafíos tenemos”, afirma Hurtado.
El estudio, que muestra la realidad actual de la participación de las mujeres en la mediana y gran empresa, tiene una base representativa de 150 empresas de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, catalogadas entre mediana y gran empresa, según una clasificación de la ASFI (Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero).
Empresas ignoran a mujeres para cargos ejecutivos
La ausencia de mujeres en cuadros directivos es también evidente. Cuanto más sube, más se reduce la representación femenina. Por ejemplo, en gerencias en el área de comercio solo se tiene 15% de representación femenina, en industria 10% y servicios 15%. A nivel de jefaturas, en comercio hay un 41% de mujeres, en industrias 24% y en servicios 22%.
En lo que se refiere a mujeres dirigiendo empresas, 43% dijeron que no tenían ni una sola mujer en el directorio, 28% que tenía una, 14% que tenía 2, un 7% que tenía tres y otro 7% que tenía cuatro o más mujeres en el directorio.
“Con una sola mujer en el directorio es muy difícil que su voz sea escuchada. Para que la equidad de género realmente tenga resultados tenemos que tener mínimamente un 30% de participación femenina (…). Si no hay al menos tres mujeres, se produce el fenómeno de grupos de varones que imponen su pensamiento sobre el de la única mujer que hay en el directorio”, puntualiza.
Tasa de conversión de género
El estudio también refleja un dato interesante respecto a la tasa de conversión de género. Se trata de un indicador que permite ver la posibilidad de que una empresa que siempre ha tenido varones en cargos directivos, dé la posibilidad a una mujer de ocupar ese cargo vacante.
“En una empresa donde la autoridad siempre fue hombre existe sólo un 2% de posibilidad de que cuando se vaya ese hombre designen a una mujer. Al contrario, si alguna vez la dirección de la empresa estuvo a cargo de una mujer, hay un 69% de posibilidad de que ese cargo pueda ser ocupado por otra mujer”, puntualiza la experta.
Gremios empresariales
El estudio también analizó la situación de espacios laborales para las mujeres en los gremios empresariales, como son las cámaras de comercio, forestales o de la construcción, entre otros, donde solo hay cinco presidencias ocupadas por mujeres. Es decir, solo el 6% de las organizaciones empresariales tienen como máxima autoridad a una mujer.
La equidad de género es como dos caras de una misma moneda. Por un lado, está el derecho que tienen las mujeres de desarrollar su talento en igualdad de condiciones y por el otro está la rentabilidad empresarial. En ese contexto, incidir en la diversidad y la equidad de género en las empresas es importante porque las mujeres generan valor en las empresas.
Una encuesta de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) a más de 12.000 empresas de América Latina, que implementaron políticas de la equidad de género, da cuenta que el 62% de las mismas aumentaron sus ganancia y productividad; 56,8% aumentaron capacidad de retener talento; 54,4% aumentaron en innovación y apertura; 54,1% aumentaron reputación de empresa; 35,5% mejoraron en la capacidad de retener a los consumidores.
En el tema de género –según Hurtado– hay que sumar esfuerzos, energías y manos, visibilizando todo lo bueno que se logra a fin de generar más espacios.
“Hay muchas cosas que se hacen, pero no sabemos comunicarlas. Hay que buscar y sumar dónde podemos aportar en el tema de capacitación, incluir en nuestros equipos de trabajo mucha más diversidad de género. Tenemos capacidad en las instituciones para hacer escalar nuestras ideas y proyectos y para eso necesitamos trabajar de forma colaborativa”, puntualiza Hurtado.
En tanto, la CEO del Instituto de la Mujer & Empresa (IME) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Verónica Ágreda de Pazos, recuerda que, pese a la gran brecha que todavía existe, la lucha por la igualdad de género no está empezando de cero.
“Creo que es importantísimo destacar algunas iniciativas y programas que ya existen en el país. Debemos entender que no siempre estamos partiendo de cero y que, a veces, vemos el vaso medio vacío y nunca lo queremos ver medio lleno”, sostiene.