El Diccionario de la Lengua Española de la RAE define la felicidad como un estado de grata satisfacción espiritual y física, acompañada de situaciones que contribuyen a hacer feliz y la inexistencia de inconvenientes o tropiezos. Desde su origen, el ser humano ha intentado explicar la felicidad desde la filosofía, la psicología o la sociología, entre otras disciplinas.
“La felicidad nos la dan las relaciones saludables, entonces sí somos el resultado de las personas con las que más interactuamos. El vínculo que tenemos alrededor nuestro determina, en gran parte, ese concepto de felicidad que tenemos”, indica.
Una equivocada concepción de felicidad
La experta hace énfasis en lo mucho que ha cambiado el concepto de felicidad en nuestros días, pues, escenarios como la pandemia y el confinamiento han generado otros vínculos, desde la conectividad y el uso de las tecnologías de información y comunicación TIC, rompiendo los lazos de la interacción presencial.
La relación con las TIC ha generado que el marketing y la publicidad sean parte de estos fenómenos. En la sociedad moderna se asocia el concepto de felicidad a la adquisición de un producto.
“Se ha malinterpretado el concepto de felicidad, es decir, hoy este concepto está asociado a un tema material, un tema del ego. De hecho, muchas empresas toman el elemento de la felicidad como parte de su estrategia publicitaria y marketing”, asegura Kohler. En abril de este año participará como expositora en el Congreso Internacional de Liderazgo y Coaching.
Angela Kohler, especialista en neurociencia y mentora en Happynar Global
La resiliencia, uno de los secretos de la felicidad
La felicidad goza de múltiples interpretaciones lo cual hace que ésta tenga un gran componente subjetivo. La CEO de Happynar Global, explica que «la felicidad es el servicio, entonces ese concepto de felicidad, hace que yo me levante cada mañana con un propósito que es el servir y ayudar a la gente».
Para encontrar un concepto propio de felicidad recomienda comenzar por determinar el propósito de nuestra vida, con base a nuestras experiencias y la capacidad de adaptación y resiliencia, propias del ser humano.
En palabras de la especialista, “cada persona y cada situación que la he encontrado como desafiante en mi vida la miro y digo ‘aquí hay un maestro para mí’. Las situaciones no son ni buenas ni malas, sino dependen de cómo las estamos observando cada uno de nosotros”.