Los niños empezaron a perderle el miedo al dentista, reveló el estudio “Evaluación del miedo dental en niños atendidos en la Clínica Odontológica de Unifranz”, realizado por Carla Larrea y Leidy Morales Gutiérrez y divulgado en la revista de la Asociación Latinoamericana de Odontopediatría.
Se ha vuelto frecuente educar a los más pequeños en el cuidado de la salud bucal. Durante años, las visitas al dentista suponían un momento desagradable. Larrea puntualizó que el temor al odontólogo parte de la asociación que se realiza con el pinchazo inicial de la anestesia o el relato de las experiencias dolorosas que predisponen negativamente a los niños.
La anestesia implica una punción con una aguja, que al principio es un poco molestosa. Estar con la boca abierta por más de media hora y sometido a muchos estímulos como el torno, el agua, la luz, el ruido de la turbina, entre otros, hacen que esa experiencia sea incómoda y hasta traumática, dependiendo de casos específicos.
“A ello hay que sumar que, día a día, no solo los pacientes, sino los mismos odontólogos (cuando les toca ser pacientes) escuchan relatos sobre experiencias dolorosas de extracción de piezas dentarias, tratamientos de conductos, dificultades en implantes dentales, fallas en la aplicación de la anestesia, etcétera”, puntualiza Larrea.
La investigación
Si bien, el estudio de ambas profesionales odontólogas y docentes investigadoras se realizó en la ciudad de El Alto, es una muestra del universo nacional dado que actualmente los odontólogos aplican técnicas terapéuticas similares en todo el país. Estos nuevos tratamientos hacen más agradable las visitas de los niños a los consultorios.
La investigación fue realizada ante la inquietud de querer saber por qué algunos de los pacientes pediátricos de la Clínica Odontológica Unifranz, en la urbe alteña, presentaban miedo extremo, mientras en otros casos no se evidenciaba prácticamente ninguna reacción negativa.
“Por ese motivo, comenzamos con esta inquietud de investigar para saber en qué porcentaje algunos niños mostraban una ansiedad extrema y por qué otros llegaban y se iban bastante relajados. Qué puede influir en eso”, indicó Larrea.
Se entrevistaron a 190 niños, de los cuales 108 dijeron tener poco miedo al dentista. “Nosotros tenemos muchas técnicas para ayudar a superar ese miedo como, por ejemplo, la ayudoterapia o distraer al niño con un juego, por eso tenemos fantoches dentarios donde nosotros podemos cepillarlos, incluso probar la turbina, tenemos el control de voz o el refuerzo positivo que es motivar al niño a tener un pequeño presente, con globos o stikers”, detalla la especialista.
La ayudoterapia libera las tensiones previas. Distraer al niños con medios audiovisuales, romper el hielo con preguntas, la musicoterapia o los títeres rebajan la tensión en los niños, pese a todo los que hayan podido escuchar previamente.
Influencia de los padres
Los padres juegan un rol muy importante para aumentar o reducir el temor de los niños al dentista. Casi es seguro que un padre ansioso llevará a que el niño también sea ansioso.
Muchas veces los mismos papás amenazan a los niños con el dentista. “Te va a pinchar, si te portas mal”; “si comes dulces, el dentista te va a sacar el diente”; se escucha de forma recurrente en los hogares, en el transporte público o en los mismos consultorios.
“Los niños llegan al dentista ya con ansiedad ante toda esa carga emocional que recibieron de su entorno más cercano”, aclara la odontopediatra.
¿Cómo mantener la serenidad en los niños? Cuando el padre llega a la consulta tiene que mantener la tranquilidad, más aún cuando se le está colocando anestesia al niño. No llorar junto con su hijo o hija y no poner cara de terror o dolor son claves para ayudar emocionalmente al pequeño paciente.
Desde el interior de la carrera de Odontología, surgió la iniciativa de investigar y plasmar un Manual para la Atención de Pacientes con episodios de miedo en odontología pediátrica. Técnicas comunicativas que se pueden utilizar para rebajar la ansiedad en los niños.
“El miedo al tratamiento dental en niños y niñas es reconocido en la actualidad como una fuente seria de problemas para la salud que puede inclusive persistir hasta la adolescencia y adultez, lo cual puede causar problemas comportamentales que dificulten o impidan la asistencia odontológica (…). Para prevenir y atender este tipo de situación es primordial identificar la ansiedad dental tan pronto como sea posible a una edad temprana”, recomiendan las dos investigadoras.